Testimonio Samaritano – Darwin Clark Cárdenas Ruiz

A los amigos de la Asociación: Amigos de la misión Franciscana del Ucayali. Con el espíritu de san Francisco los saludo deseando la paz y el bien, y con el deseo de dar a conocer nuestra labor solidaria como grupo samaritano de la Parroquia San Francisco de Asís de Contamana y, a la vez agradecer por su voluntad cristiana, desmedida y desinteresada de ayudar en nuestra causa de servir a los que más nos necesitan.

Soy Darwin Clark Cárdenas Ruiz, tengo 31 años de edad. En el grupo Samaritano llevo ya 6 años desde el 2014 hasta ahora 2019.

Soy contamanino de nacimiento y podría decir que mi pertenencia al grupo Samaritano y a la parroquia misma tiene mucho que ver con la cercanía y el contacto que tuve con la vida de los misioneros franciscanos desde que era un adolescente, a los 11 años aproximadamente, aunque en el grupo estoy desde el año 2014 hasta ahora, como ya lo dije. Mi vida ligada a la parroquia inicio cuando mi madre, que participaba mucho en la misa y otras actividades, me llevó un día y me integré al coro, el hermano Faustino Zapico estaba de párroco, su vida era tan sencilla y servicial que motivaba acercarse y colaborar, años más tarde llegó el hermano Antonio Soriano, siendo aún diácono que luego aquí en Contamana recibió la Ordenación sacerdotal; estos dos hermanos, porque no decirlo, tuvieron mucho que ver en las decisiones y en los caminos que empezaría a recorrer en mi vida.

Lo que puedo recordar es la acción solidaria del hermano Zapico, que todos los días recorría las accidentadas calles del pueblo para acoger en su camioneta a los niños especiales, una pequeña población con diferentes discapacidades que nadie prestaba atención, que no eran tenidos en cuenta, que no recibían ni qué tipo de ayuda y que, por el contrario, no eran incluidos de ninguna manera; pero ahí estaba él, que con mucha dedicación y gestionando de muchas maneras los acogía, atendía y alimentaba.

Empecé a ver algo diferente, dar sin esperar nada a cambio, una realidad que aquí en nuestra tierra aún queda mucho por trabajar. Luego, al concluir la secundaria y habiendo pertenecido a un pequeño grupo vocacional con el hermano Antonio Soriano, recibí la invitación del Convento de los descalzos en Lima, capital de nuestro país, fui hasta allí, me invitaron a formar parte de la Orden de los Hermanos Menores, había conocido la vida de Francisco, el hombre pobre de Asís, que me revelaba la dicha y la inmensa alegría que se siente al vivir como manda el evangelio. Fui parte de esta Orden, aunque por circunstancias de la vida, luego dejé; sin embargo, estar allí fue quizá la mejor experiencia de mi vida y en todo ese tiempo despertó en mí aquella actitud que desde muy joven vi y escuche de los misioneros, las ganas de servir a los demás.

Cuando aún vivía en Lima, el año 2009, fallece el hermano Zapico, a la parroquia llegó entonces el hermano José Luis, quien en sus enseñanzas con la palabra y acción reflejaba más aún el verdadero significado de la palabra servicio, el amor a los demás que se reflejaba en las obras solidarias; aún estaba fuera de mi tierra Contamana cuando se creó el grupo Samaritano, pero me mantenía muy al tanto de lo que ocurría.

En el año 2011 se vino la gran inundación, que fue el empujón de Dios para que los corazones solidarios de la parroquia con la guía de su párroco empezarán a ir en auxilio de aquellos que sufrían los desastres de la naturaleza, así se creó el grupo de voluntarios samaritanos. Estoy seguro que muchas personas recuperaron la esperanza, sintieron la mano de Dios en esta ayuda desinteresada que llegaba. Desde allí el grupo empezó a realizar diversas acciones en favor de los más necesitados. Regresé a Contamana en el año 2014, luego de terminar los estudios de Teología. Me entusiasmé tanto al saber que existía un grupo que evidenciaba la solidaridad que Jesús tanto enseña en el evangelio y que pide que la vivamos, decidí integrarme aprovechando la invitación del hermano José Luis, empecé como un miembro más y ahora me han encomendado la responsabilidad de coordinar en el grupo y con la ayuda del hermano vamos caminando para seguir motivando y despertando la vocación de servicio en las personas que quieran dar su tiempo y su vida desinteresadamente.

Todo lo dicho, todas esas experiencias, personas y situaciones han hecho que me acerque al grupo; más aún la sociedad misma en la que vivimos, donde hay muchas necesidades, donde la mayor pobreza es la espiritual como la intelectual y que repercute en lo material, situaciones de vida que resuenan como un llamado, como un grito de Dios para escuchar y acudir al igual que aquel Samaritano de la parábola que se encuentra con aquel hombre que sufre, que no es indiferente, sino que se acerca, lo mira con entrañas de misericordia, cura sus heridas y se preocupa por aquel que está maltratado. Mucho más fortificante es también saber que existen personas que, aun estando lejos de esta realidad, como muchas veces nos lo recuerda el hermano José Luis, no son ricos, pero desde sus posibilidades aportan a nuestra causa, me refiero a los amigos de la misión y a las diversas organizaciones que con su ayuda han devuelto la dignidad a muchas familias, a muchas personas, a niños y jóvenes; no dejo aun de sorprenderme de esta capacidad de desprendimiento de personas hacia otras que, sin conocer envían sus aportes económicos y que nosotros como Samaritanos vamos y hacemos llegar su ayuda; ver la alegría y el agradecimiento en los rostros, que muchas veces por temas culturales y propios de la zona cuesta expresar, es un gran aliciente para sentirse bien con Dios y decir: Señor, gracias por lo que nos das, gracias por estas oportunidades de ver en esos rostros que sufren tu rostro y que nos permite acercarnos más a ti.
¿Qué aporto al grupo Samaritano? Estoy seguro, como precisamente lo decía en una de las reuniones, que todos los que estamos ahí aportamos vida y tiempo, idea que a muchos en nuestra realidad les cuesta trabajo entender, porque, como ya lo dije anteriormente, el concepto de gratuidad y voluntad está recién formándose en muchas personas que son ajenas a nuestra causa y que piensan que todo debe tener un premio o un incentivo, nuestro mayor incentivo es ver a las personas viviendo dignamente. Aunque quizá la pregunta correcta sería ¿qué aporta el grupo y lo que se hace en tu vida? Y esto está muy claro, ganas de vivir el evangelio día a día y que la gente descubra que el Reino de Dios es posible, que el mensaje de Jesús sí encuentra corazones libres, como la semilla que cae en tierra buena y da mucho fruto, las enseñanzas de Jesús nos llega lo acogemos y sin pensarlo damos de nosotros mismos para que el Reino de Dios pueda sentirse ya y ahora. Aunque hay muchas cosas que podríamos aún hacer, se han dignificado muchas vidas ya, pero hay poblaciones que también necesitan ayuda, como alguna vez lo hemos conversado en el grupo, ancianos abandonados para quienes una casa hogar sería muy provechosa, o también niños que a pesar de tener padres y ser partes de un estado viven abandonados por los mismos y que necesitan una formación o educación más integra y dedicada, que forme futuros ciudadanos cristianos que vean que en la vida el servir a los demás es mucho más gratificante que servirse de los demás, confío que con la gracia de Dios seguiremos adelante y estos proyectos y los que ya se llevan a cabo se seguirán realizando, gracias a todos los que ponen su granito de arena. Por ellos, los colaboradores, quienes son una columna muy importante en nuestra labor, pido constantemente que Dios les conceda la salud y fortalezca ese corazón bondadoso, de tal manera que no dejen de ayudar y, a la vez, nos sigan ayudando a vivir más íntegramente el evangelio que no es otra cosa que servir y amar a los demás como Él nos amó.

Somos pocos. Pero como siempre lo dice una de nuestras integrantes: “Comando nunca muere”, lo cual es verdad, somos pocos y oramos para que el Señor envíe más obreros a su mies y de manera más personal, agradezco al Señor por hacerme parte de este proyecto de amor que se refleja en la ayuda a los demás, de este grupo espero que no perdamos este carisma, y que muy al contrario nos acerquemos cada vez más a vivir como Jesús; ya que vivimos en un constante llamado a acercarnos a él y si quisiera algo para todos nosotros es que vivamos más plenamente día a día este acercamiento al samaritano de Samaritanos: Jesús de Nazaret.

Contamana, julio del 2019

Testimonio Samaritana – Irma

Quien les habla es la señora Irma Lastenia Sáenz Lima De Pezo, tengo 59 años. Es grato para mi expresar el agradecimiento por la noble acción de ustedes y de los hermanos asociados de amigos para la misión franciscana de Ucayali, que realizan en bien de la localidad de Contamana.

Estoy en el grupo Samaritano dese su fundación, pues cómo no acudir al llamado que nos hace el Señor por los que más lo necesitan ya que toda mi familia vivimos esta experiencia de las inundaciones que ocurría anualmente. Toda mi niñez y parte de mi adolescencia era muy triste, porque el agua llegaba hasta la altura de una mesa, las casas eran altas y cuando ya entraba el agua se hacían los tabladillos para levantar las cosas, y la humedad nos carcomía los pies.

Esa experiencia me impulsó más a pertenecer al Grupo Samaritano y seguir trabajando, dando mi tiempo por los que más necesiten.

El hacer algo por los demás y por el Señor te cambia la vida. En todos los proyectos que realiza la iglesia estoy presente. No solo soy samaritana, soy animadora, mariana, integro el grupo EMPA(encuentro misionero de la palabra). Me gustaría contar con un albergue para ancianos, también me gustaría que fuéramos un grupo de voluntarios grande y solidario con ganas de trabajar para seguir apoyando a quien más lo necesita sin mirar condición, ni credo.

Les agradezco amigos de la misión, su apoyo y su interés por conocernos, compartir experiencias y saber que existen personas solidarias en este mundo. Que no estamos solos en este proyecto de ayudar a los que más lo necesiten.

Desde Contamana, un abrazo y que Dios me los bendiga a ustedes amigos y a sus familiares.

IRMA SÁENZ

Testimonio Samaritana – Celina Saldaña Hernandez

Hola queridos amigos que nos colaboran para la misión Franciscana de nuestra Provincia, reciban un cordial saludo de la profesora Celina Saldaña Hernández de 35 años de edad, de sexo femenino, brindo mi servicio como profesora en el CEBE San Francisco. Vengo apoyando al grupo de Samaritanos 9 años. Todo nació a causa de una fuerte inundación que se dio en nuestra Provincia de Ucayali, originando muchas pérdidas de bienes a nuestros hermanos que viven en la zona baja de Contamana y de los diferentes caseríos pertenecientes a nuestra Provincia. Hemos vivido momentos muy tristes, viendo a los niños, adultos y ancianos trasladándose de un lugar a otro, mojados sin tener que comer, donde alojarse por causa de este fenómeno de la naturaleza, desde ese momento nació en mi corazón un desprendimiento grande de dar la mano integrándome a este grupo de Samaritanos para ayudar aquellas personas damnificadas apoyándoles con alimento, vestido, medicina, desde ese entonces formo parte del grupo de samaritanos de nuestra parroquia de Contamana. Somos un equipo muy unidos y desprendidos para dar la mano a quien lo necesita. Todo lo hacemos con amor sin esperar cambio alguno. Durante los años de permanencia en el grupo, brindo mis servicios como visitadora para dar con las familias vulnerables que existen en los barrios de nuestra ciudad. También apoyo en el grupo de adulto mayor visitando a los ancianos abandonados, llevando alimento, realizando el aseo personal, tratando que ellos se sientan bien y tengan una mejor calidad de vida. Además, apoyo en el grupo de solidaridad realizando diferentes actividades como rifas, cenas solidarias, tómbolas, para recaudar fondos para nuestros hermanos que del diario necesitan el apoyo.

Cabe recalcar que pertenezco a los “Talleres Luz de Esperanza” como capacitadora en manualidades donde se viene desarrollando diferentes proyectos para enseñar a madres, mujeres vulnerables, que les permita aprender y así sacar a la venta y puedan ellas dependerse por sí solas y puedan solventar los gastos en el hogar. En este año, se están realizando trabajos con materiales reciclados como adornos para la casa, accesorios para las niñas, … El taller de manualidades con este son 3 años que se viene capacitando a las madres que más lo necesitan, durante estos años se desarrollan diferentes proyectos. Cada año vengo capacitándome para así seguir enseñándoles cada año diferentes adornos a las mamas ya que en ellas se ve el interés, dedicación y perseverancia en el taller. Gracias a la confianza depositada del hermano José Luis y el apoyo de ustedes hermanos de la misión para sacar adelante al taller Luz de esperanza poniendo cada uno de nosotros nuestro apoyo a nuestros niños, adultos, ancianos esperando que Dios nos siga dando las fuerzas, salud a cada uno de nosotros.

Cada vez que pueda ver un anciano, niño o cualquier persona de condición muy humilde, me anima más a seguir apoyándoles, siguiendo el ejemplo de Jesús mostrando amor a nuestro prójimo, porque el que ama, conoce a Dios, porque Dios es amor.

Esperando queridos amigos que este grupo crezca, y los talleres se puedan incrementar para el bien de nuestros hermanos, como participante me gustaría en el futuro contar con un albergue para ancianos y niños abandonados de nuestra ciudad de Contamana, y para terminar agradezco a cada uno de ustedes y al hermano José Luis por su apoyo incondicional y pedirle a Dios que los colme de muchas bendiciones.

Muchas gracias

CELINA SALDAÑA HERNANDEZ

Testimonio Samaritana – Manuela

Os presentamos el testimonio de Manuela Elena Saavedra De Souza, de 50 años de edad y más de 6 años ya con el grupo Samaritano.

¿Qué te impulsó a pertenecer al grupo samaritano?
Primero a invitación de mi compañera de trabajo Zoila Pérez llegué a participar en las visitas a los damnificados de la creciente de ese año, a la campaña de velatos. Es así como inicio mi participación como miembro del grupo Samaritano.

¿Qué haces dentro del grupo samaritano?
Dentro del grupo samaritano, conformo el equipo de solidaridad. El equipo que se encarga de realizar actividades solidarias (entre ellas; rifas, cena solidaria, tómbola, etc…) con el objetivo de recaudar fondos que beneficiarían a la gente que más necesita.
Como miembro samaritano también estoy pendiente de algunas capacitaciones que se dan a las personas beneficiarias de las viviendas y presto a colaborar siempre con lo acordado en el grupo y con la decisión del Hermano José Luis, previa coordinación a los hechos.

¿Qué aportas al grupo samaritano?
De corazón aporto mi tiempo, mi conocimiento y mis ganas de seguir adelante apoyando en las diversas actividades programadas por la parroquia y por el propio grupo samaritano.

¿Qué te ha cambiado por dentro desde que estas en el grupo samaritano?
Sinceramente he aprendido a ponerme en el lugar del otro. Viendo mucha pobreza, mucha necesidad de la gente, siento por dentro que no debo abandonar el barco y que debo seguir apoyando al grupo. Por eso cada dia le pido a Dios salud y fortaleza para seguir adelante.

¿Con qué proyectos colaboras más?
Soy capacitadora del Taller “LUZ DE ESPERANZA” en lo que concierne a cocina y repostería. Ahí dedico más mi tiempo a capacitar a personas vulnerables, en el horario de 3 a 6 p.m los lunes y miércoles, incluyendo un día más cuando se dan las charlas tutoriales de temas muy importantes y con profesionales del medio.

¿Qué proyectos te gustaría ver realizado, aunque no se haya planteado en el grupo?
Me encantaría conducir un proyecto de atención a ancianos abandonados, tener un asilo para ellos porque me duele tanto ver tantos viejitos que viven solos sin el apoyo de sus familiares.

¿Cómo te gustaría que fuera el grupo samaritano dentro de dos o de cinco años?
Me gustaría que fuera más grande, con muchas personas más que estén de corazón y que sea como una ONG.

Testimonio Samaritana – Elisa

Hola cómo están?
Desde Perú, Contamana, Parroquia San Francisco de Asís, les saludo con mucha emoción.
Soy Elisa. Me enorgullece pertenecer al grupo SAMARITANO, que ya cumplí siete cortos años y soy una de los que inicio el grupo, al igual que muchos.
El ingreso a este grupo fue porque estoy muy cerca y ligada a la iglesia. En ese entonces hubo una transición de relevo de autoridad eclesiástica a nuestra localidad. En 2010 aproximadamente fue cuando llegó el Padre José Luis, quien impulsó diferentes grupos de apoyo para la iglesia.
En este año 2011, hubo una gran inundación, que precisamente para acoger a los hermanos damnificados necesitaban urgente apoyo moral y material. Fue allí cuando me alisté al grupo para facilitar acogida a las personas que llegaban de diferentes caseríos, donde ya no podían permanecer por la inclemencia del tiempo, sus tierras inundadas, sus hogares inhabitables, y llegaban a Contamana muy necesitados y sin ningún rumbo. Fue ahí que me inicié colaborando en un inicio en las brigadas de recepción y atención, llevándoles a un lugar “seguro” (colegios). No hubo horario de trabajo para esta causa. Fue la inundación del 2011, el origen del nacimiento del grupo SAMARITANO que hasta la fecha pertenezco y seguiré adelante.

Luego de esta inundación lo más difícil para nuestros hermanos damnificados fue la post inundación. La parroquia, Caritas y el grupo Samaritano unieron esfuerzos para seguir apoyando.
Después de esta vivencia difícil de la inundación, se continuó apoyando a otros hermanos de nuestro entorno quienes se hallan en extrema pobreza y necesidad. Para ello, se reorganizó el grupo con comisiones para poder llegar a más número de familias y ancianos necesitados.
Una de las formas de apoyo pensando en el futuro, es la creación de talleres para beneficiar a madres y mujeres para enseñarles un oficio que les permita mejorar su calidad de vida.

Dentro del grupo en un periodo era “Samaritana Visitadora” para constatar el grado de necesidad de los posibles beneficiarios; en la actualidad, participo como capacitadora en el taller de Cocina y Repostería, como también en grupos de formación para mejorar la calidad de vida de nuestros beneficiados. Además pertenezco a la comisión de actividades para crear fondos económicos para cubrir en parte las necesidades de nuestros hermanos desvalidos. También dirijo dentro del taller el encuentro de misionero de la palabra (EMPA)
Durante mi permanencia en el grupo Samaritano, me siento muy tranquila, pues esta etapa de mi vida ha cambiado de manera positiva, con sentimientos de entrega, sensibilidad, fortalecida y agradecida por las muestras de cariño que recibo de las personas. Así mismo, tengo la fortuna de conocer más personas, impulsándome a seguir apoyando sin reparos.

Sueño con dos grandes proyectos, que seguro en algún momento se harán realidad, como son Albergue temporal para niños y ancianos en abandono moral y material.

El grupo samaritano debe continuar con su labor, esperando que muchas más personas se aúnan para fortalecer y continuar permanentemente, y ser bendecidos con la gracia de Dios.

Agradezco infinitamente el interés a la Asociación de Amigos para la Misión Franciscana del Ucayali, por su desprendimiento, por esta motivación que lo hacen desde muy lejos. Me siento afortunada de pertenecer a este grupo de la iglesia de Contamana, y recibir elogios que reconfortan nuestra iniciativa para continuar con esta agradable misión.
Fortalecida por la motivación que nos trasmiten, estaré rogando a Dios que los colme de bendiciones, fuerza, salud y bienestar al lado de sus familias.

Gracias por lo que han hecho por las personas más pobres de aquí de nuestra localidad

Contamana, 2 de octubre del 2018
Queridos hermanos de la asociación “Amigos de la misión franciscana en la selva amazónica del Ucayali – Perú”, queridos hermanos Juan José y Begoña, aunque no los conocemos personalmente, en nombre de todos los integrantes del grupo Samaritano, reciban también nuestro más fraterno, afectuoso y grato saludo de paz y bien desde nuestra parroquia en la ciudad de Contamana.

Ha sido un enorme gusto el poder recibir su misiva que el hermano José Luis nos ha hecho llegar y se ha leído en la última reunión del grupo Samaritano el pasado domingo, por ello, en nombre de todos los integrantes del grupo les queremos agradecer por todo, no solo por la carta, sino también por lo que hasta ahora han hecho por las personas más pobres de aquí de nuestra localidad. Crean que su saludo y sus palabras recibidas y constantemente anunciadas por el hermano José Luis sinceramente nos animan para seguir con la labor que humildemente nos hemos propuesto como Samaritanos.

Es verdad que el último proyecto ha sido realizado con mucho éxito, ha provocado la admiración de muchos pobladores ajenos al asentamiento humano Zapico Ramos y ha quedado muy hermoso, pero como bien lo señalan ustedes la hermosura también debe notarse en las relaciones vecinales, por ello somos conscientes también que con el trabajo de concientización iremos logrando que los vecinos sepan valorar y cuidar aquello que han recibido. En el último taller de capacitación la gente participó con mucho entusiasmo. Todo esto, queridos hermanos nos ha dejado la satisfacción de saber que aún es posible devolver la esperanza a muchas personas y que, también ellos, desde su condición de vida pueden hacer el Reino de Dios en la tierra, vivir como verdaderos cristianos.

Ustedes para nosotros son los samaritanos que no vemos y con mayores méritos aún, porque, como lo hemos comentado varios en el grupo, es increíble para nosotros que ustedes, aún sin conocer a las personas de manera directa tengan esa capacidad de desprendimiento para enviar sus aportes confiando en el trabajo que nosotros desde acá podemos hacer, ese espíritu altruista es muy digno de admirar y agradecer. En nuestra realidad, la formación cultural y el sentido de solidaridad que se vive nos señala que aún hay que seguir trabajando en ello y ustedes nos enseñan, inspiran y animan a seguir para adelante en este trabajo de evangelización.

En cada proyecto o acción solidaria que realizamos siempre hacemos presente su ayuda, por ello estoy seguro, como muchos lo han expresado, que todas las familias que han sido beneficiadas les estarán siempre agradecidos y con mayor razón nosotros, les agradecemos enormemente por lo que hacen y como lo han indicado en su carta, hermanos, a pesar de la distancia nos mantendremos unidos, con un mismo corazón y sentimiento, ayudar a quien nos necesite, gracias por ser y enseñarnos a ser hermanos.
Un fuerte abrazo.

Darwin Clark Cárdenas Ruiz
Coordinador del grupo Samaritano.

Testimonio Samaritana – Blanca Érica

Me llamo Blanca Érica Souza Fababa, tengo 36 años, pertenezco al grupo de voluntarios samaritanos desde al año 2011, un mes después de su constitución. Decidí pertenecer a este grupo tocada por la necesidad de las personas damnificadas por la creciente del rio Ucayali, puesto que muchas familias se vieron tan afectadas que urgía una ayuda humanitaria y solidaria. Por eso decidí darme tiempo para atender y acompañar a las personas más necesitadas en el reparto de alimentos, ropa y medicinas.

Dentro del grupo samaritano soy “visitadora”, esto es, juntamente con otras voluntarias vamos a visitar a las familias más vulnerables para conocerlas en el lugar, detectar sus necesidades y acompañarlas. Cada visita es un aprendizaje para mí. En realidad, aprendemos mucho de la gente humilde. Al palpar su necesidad comenzamos a valorar más lo que tenemos y se despiertan en nosotros sentimientos de compasión por el prójimo.

Me siento contenta de dar mi tiempo, mis talentos y habilidades en todo lo que se organiza en el grupo samaritano. Lo cierto es que estar en el grupo y palpar la pobreza de mi gente, me ha cambiado mi forma de mirar la vida y las personas. Siento que tengo un compromiso con los más pobres.

Tengo un sueño que creo que es compartido; el contar con un albergue para niños y adultos mayores, así como que el grupo de voluntarios samaritanos crezca y podamos llegar a más gente que pasa necesidad. Yo tengo una máxima que suelo repetir,  ”comando nunca muere”.

Gracias…

Cena solidaria 27/julio/2017 – «Cuando lo hicieron con uno de estos más pequeños, lo hicieron conmigo»

Esta “cena solidaria” organizada por el grupo de voluntarios samaritanos de nuestra parroquia tiene como finalidad “despertar la solidaridad compasiva, dar a conocer lo que hace el grupo de voluntarios samaritanos, recaudar fondos y pasar juntos un rato agradable teniendo como protagonista la caridad para con nuestros hermanos más necesitados”

La “cena solidaria” lleva un trabajo de preparación y disposición de mesas, sillas, decoración del espacio, preparación de alimentos, regalos para la rifa gratuita que se realiza en la cena, venta de tickets, buscas a artistas para que participen gratuitamente en la cena y más detalles. Mucha es la gente que ha colaborado en el éxito de esta noche de solidaridad: las mujeres y los jóvenes de los talleres luz de esperanza, jóvenes que han participado en la preparación, profesores del Cebe San Francisco, artistas que han colaborado y el grupo de voluntarios samaritanos y la gente que han participado en esta noche. Cada uno y todos hemos arrimado el hombro para que sea una noche solidaria en la que estamos llamados a trabajar por un mundo más humano, igualitario y fraterno.

¿Cómo transcurrió la programación de la noche?

El equipo de cocina desde bien temprano estuvo ahí preparando la rica y sabrosa cena: pollo al horno, arroz tres delicias y yuca.

Dos voluntarias samaritanas fueron recibiendo a los participantes en la cena, dándoles la bienvenida y poniendo la solapera.

Los servidores de mesas fueron sentando a los comensales en las distintas mesas. Cada servidor de mesas conocía las mesas en las que debía servir.

Una vez los participantes estaban sentados en la mesa, iniciamos la programación de la noche. Los presentadores dieron la bienvenida a todos dando paso a un video en el que se explicaba quien eran los samaritanos, qué hacían, qué proyectos llevan, qué actividades se realizan para recabar fondos y cuáles son nuestros aliados estratégicos. Finalizó esta presentación con muchas imágenes con un gran aplauso por parte de todos.

Luego, se entregaron las “constancias de vivienda” a ocho beneficiarios de distintos barrios de la ciudad, dos beneficiaros en nombre de todos dieron las gracias por la vivienda segura, saludable y digna. Sus palabras y sus lágrimas de emoción contagiaron a los que estaban presentes en la cena.

La cena comenzó a servirse de forma ordenada y rápida. Mientras se cenaba, los presentadores fueron animando con comentarios y anécdotas graciosas; actuaron un grupo de jóvenes con dos bailes muy bien armonizados contra la violencia de género y la necesidad de un nuevo orden de paz en las relaciones. Un joven de la marina de guerra interpretó varias melodías acompañado por un profesor conocido por todos, el padre de un niño de la escuela especial tocó la trompeta (una interpretación muy buena y aplaudida por la asamblea) y entre actuación y actuación se rifaron de forma gratuita “regalos” elaborados en los talleres de costura, manualidades, bordados y pintura.

Otras actuaciones que alegraron la noche fue el baile de saya por voluntarios samaritanos y el baile marinera por un niño especial acompañado por una profesora, momento muy emotivo que despertó un gran entusiasmo por todos, valorando el esfuerzo que se hace en la Escuela Especial San Francisco.

La noche la finalizamos con el canto “Yo quiero ser el Buen Samaritano” cantando e interpretado por todos los voluntarios samaritanos y finalmente por todos los participantes en la cena solidaria: “todos somos samaritanos y queremos ser como el Buen Samaritano para construir un mundo más humano, en el que para ello hay que mirar, acercar, sentir, acoger, unir manos y construir juntos la hermandad”.

La gente se fue retirando y nos quedamos un buen número de jóvenes y no tan jóvenes a retirar mesas, sillas, barrer y dejarlo todo en su sitio. La noche era fresca, cansados y llenos de satisfacción nos marchamos cada uno a nuestra casa, agradecidos por tanta generosidad que ha hecho posible la realización de “la cena solidaria”.

Nos queda una noche llena de rostros: los que se sentaron en las mesas, los que sirvieron las mesas, los que estaban detrás preparando a todo detalle la comida, los vendedores de gaseosas, los artistas que nos dieron a conocer sus talentos y tanta gente que nos brindó su apoyo. También los rostros de los beneficiarios que recibieron su acta de entrega de vivienda, ellos representaron a tanta y tanta gente necesitada que vive en nuestros pueblos. ¡Ojalá nos sirviera para hacer un mundo más solidario, justo y fraterno! ¡Dios lo quiere y nosotros también! ¡MANOS A LA OBRA!.

Testimonio Samaritana – Zoila Peres Flores

Mi nombre es: ZOILA PERES FLORES
Es grato para mí poder expresar mi saludo y agradecimiento por la noble acción de usted y de los hermanos asociados de amigos para la misión franciscana de Ucayali realizan en bien de la localidad de Contamana.
En el grupo samaritano estoy desde su inicio en el año 2012, con la creciente del rio Ucayali; gracias al padre José Luis Coll, quien nos organizó como grupo en esta acción humanitaria en favor de los hermanos necesitados.
Le cuento hermano, que siempre apoye en diferentes actividades de la parroquia pues me da mucha satisfacción y reconforta saber que poniendo mi granito de arena, otros hermanos serán beneficiados.
En el grupo samaritano dirijo el taller de costura donde las mujeres que se inscriben no solo reciben capacitación formativa en la actividad de costura; sino que es un encuentro de amigas de los diferentes barrios donde cada una se va socializando con todo el grupo formando una familia solidaria.
Aporto mi tiempo participando en diferentes actividades que realiza el grupo samaritano con el fin de recaudar fondos para beneficios de los hermanos menos favorecidos.
Conocer más de cerca situaciones de hermanos agobiados y llevar ayuda me da satisfacción un sentimiento profundo del amor de Dios.
Quisiera, Dios mediante, que se creara un Albergue para ancianos o niños desamparados.
Me gustaría que el grupo samaritanos se integrara más y colaborara con desprendimientos. A Dios nuestro señor que nos regale fortaleza para seguir colaborando en la obra de bien de Dios.
A Ustedes hermanos, mi agradecimiento sincero por su colaboración y que nuestro Dios cuide siempre de todos.
Gracias.